Es habitual oír “traje de campesina” y “traje de gala”, pero ambas son definiciones incorrectas e incompletas. Las clases populares vestían trajes austeros hechos de materiales más sencillos y las más acomodadas vestían prendas más elaboradas y con materiales más ricos.
Es normal que hoy en día intentemos clasificar y definir dos grandes categorías de trajes. Así es más fácil ubicar una determinada combinación de prendas, sobre todo para las personas que visten de forma ocasional el traje aragonés.
Aún así, diferenciar en dos únicos modos de vestir la indumentaria aragonesa es quedarse muy corto.
Igual que ocurre hoy, hace 150 años las personas no vestían únicamente con dos estilos. El estatus social, la ocasión concreta para la que se vestían y la zona geográfica donde residían son factores que influyen de forma notable en el vestir.
Lo recomendable sería llamar a los trajes que comúnmente llamamos de “campesina o campesino” como trajes de diario o trajes de faena. Aunque creo que la definición más acertada sería traje sencillo o popular, para poder englobar todos los trajes (de diario y mudados) que vestían las clases populares.
Una persona de entorno y familia humilde (ya viviera en el campo o en una ciudad) vestían prendas y tejidos sencillos y resistentes para que duraran el mayor tiempo posible. Sin embargo en el arcón tenían prendas y complementos para ocasiones especiales.
Por ejemplo, es correcto llevar una falda de algodón sencilla con un mantón con fleco e incluso bordados.
Un traje sencillo pero de estilo mudado podría ser lucido por una mujer de clases populares en una ocasión especial, como en su boda o en otro evento importante.
Por otro lado, el mal llamado “traje de gala” hace referencia a un traje más rico. Lo llevaban personas de más alto nivel adquisitivo, clase social acomodada. Normalmente realizado con tejidos de seda, con dibujos que hace la propia trama de los hilos de la tela; adamascados, brocados o espolinados. Los complementos, como las joyas y los mantones o el calzado, también son más ricos.
Por lo general, es un tipo de indumentaria más influenciada por la moda occidental del momento, y por eso vemos más diferencias entre un traje de finales de S.XVIII y otro de finales de S.XIX.
Para evitar llamar a los trajes más ricos como “traje de gala”, podemos usar términos como traje de mudar, traje de fiesta, traje mudado o “mudao”.
El término de “traje de gala” es herencia directa de los “trajes de baturra de dama” que se vestían hace unas décadas. En otra ocasión entraremos a valorar y analizar los “trajes de baturra y de baturro” que se impusieron durante la dictadura franquista por la Sección Femenina.
No nos cansaremos de insistir en la importancia de vestir trajes con coherencia entre todas las prendas y complementos. Los trajes más ricos o mudados se completan con mantónes de seda, generalmente con fleco. Pero también con manteletas de tul o batista, …
Por otro lado, si nuestro traje se inspira en indumentaria sencilla, los mantones, pañuelos y delantales que añadimos al traje deberían ser de lana, algodón o lino. Se combinan con alpargata o zapato sencillo. Llevar un pañuelo de cabeza es muy recomendable cuando se llevan alpargatas.
Si tenéis dudas o buscáis orientación para completar vuestro conjunto, podéis venir a Indumenta para consultarnos. Estaremos encantadas de ayudaros.
En el próximo artículo hablaremos sobre una prenda que nos gusta mucho, el blusón de hombre o blusa tocinera.
¡Permaneced atentos!